El 15 de septiembre de 2025 se realizó el webinar “Minerales críticos en tiempos de transición energética”, un espacio de diálogo que reunió a especialistas del sector privado, estatal y de la sociedad civil para abordar los desafíos que enfrenta América Latina en el marco de la transición energética global.
La actividad contó con la participación destacada de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Cambio Climático, quien presentó los hallazgos de su informe “Derechos humanos en el ciclo de vida de las energías renovables y los minerales críticos”. El objetivo fue promover la discusión sobre cómo garantizar los derechos humanos en toda la cadena de producción de energías renovables, desde la extracción de minerales críticos hasta su implementación tecnológica.
América Latina como región clave
Países como Argentina, Bolivia, Chile y Perú poseen vastas reservas de minerales esenciales para la transición energética, como el litio y el cobre. Esta riqueza natural los posiciona como actores centrales en el proceso de descarbonización global, pero también los expone a riesgos sociales, ambientales y económicos que deben ser gestionados con enfoque de derechos humanos.
Justicia en múltiples dimensiones
El panel abordó la necesidad de avanzar hacia una transición energética que sea:
- Justa, en términos de distribución de beneficios y cargas.
- Sostenible, en lo ambiental y lo social.
- Inclusiva, con participación activa de las comunidades locales.
Se discutieron los conceptos de justicia distributiva, procesal, económica y ambiental, como pilares para una gobernanza responsable de los recursos naturales.
Debida diligencia y responsabilidad compartida
Uno de los ejes centrales fue el rol de la debida diligencia en derechos humanos, tanto para empresas como para gobiernos. Se destacó la importancia de contar con mecanismos de evaluación, monitoreo y reparación que aseguren el respeto a los derechos de las comunidades afectadas por proyectos extractivos.
Estrategias globales con enfoque local
El diálogo propuso construir puentes entre las realidades locales y las estrategias globales, reconociendo que la transición energética no puede darse a costa de vulnerar derechos fundamentales. En este sentido, la comunicadora Sol Klas aportó una reflexión clave:
“La comunicación institucional debe ser capaz de traducir la complejidad de los territorios y las voces locales en estrategias que dialoguen con lo global, sin perder la sensibilidad ni la coherencia ética.”
Este enfoque resalta el papel de la comunicación como herramienta para visibilizar las tensiones y oportunidades que atraviesan los territorios, y para construir narrativas que promuevan una transición energética verdaderamente inclusiva.