La Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, sus causas y consecuencias, Reem Alsalem, presento un informe sobre los vínculos entre el cambio climático y la violencia sobre mujeres y niñas, que queremos compartir con ustedes.
No es novedad que cuando el mundo entra en crisis, las mujeres y las niñas la pasan peor. Pasó con la pandemia, pasa con las guerras y, como confirma un nuevo informe de la ONU, también está pasando con el cambio climático.
El informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas expone con datos y pruebas cómo la crisis climática no solo destruye el planeta, sino que agrava la violencia de género, empuja a más mujeres a la pobreza y limita sus derechos fundamentales. Y ojo, que no estamos hablando del futuro: esto ya está pasando.
Los datos no mienten: el cambio climático es violencia de género
No se trata solo de calor o lluvias. La crisis climática está generando desplazamientos forzados, inseguridad alimentaria y un aumento de la violencia contra las mujeres. Estos son algunos datos del informe de la ONU que lo demuestran:
• Entre 2000 y 2019, los desastres naturales afectaron a casi 4.000 millones de personas y se cobraron más de 300.000 vidas.
• Las mujeres tienen 14 veces más probabilidades de morir en un desastre climático que los hombres.
• La contaminación del aire en los hogares, producto de la quema de combustibles para cocinar, provoca la muerte de 3,8 millones de personas cada año, en su mayoría mujeres y niños.
• El 70% de las personas que viven por debajo del umbral de pobreza en el mundo son mujeres y dependen de recursos naturales cada vez más escasos.
• En campamentos de refugiados climáticos, la violencia sexual y la trata de personas se disparan. En Haití, después del terremoto y la tormenta tropical de 2021, se reportaron altos índices de acoso sexual, violaciones y embarazos forzados.
• En Etiopía y Mozambique, muchas familias han casado a sus hijas a cambio de ganado o comida tras desastres climáticos, aumentando el número de matrimonios infantiles y forzados.
Parece sacado de una distopía, pero no es ficción. Es la realidad que millones de mujeres y niñas ya están enfrentando.
¿Por qué el cambio climático golpea más a las mujeres?
Porque en muchas sociedades, son ellas quienes caminan kilómetros en busca de agua, quienes dependen de la agricultura para sobrevivir, quienes se quedan en casa cuando los hombres emigran en busca de trabajo y quienes pierden el acceso a la tierra cuando hay sequías o incendios.
• El agua es un arma de doble filo. En muchos países, las niñas y mujeres deben recorrer largas distancias para recolectar agua, exponiéndose a violaciones, abusos y trata de personas en el camino.
• Refugios inseguros, más violencia. En campamentos de emergencia tras un desastre, la falta de baños separados, puertas seguras e iluminación provoca un aumento de los abusos sexuales y la violencia de género.
• La crisis económica empuja a muchas mujeres a la explotación. En lugares como el lago Victoria, la escasez de peces llevó a que muchas mujeres pescadoras sean obligadas a intercambiar sexo por productos básicos.
• Industria extractiva y violencia sexual. Mineras, petroleras y empresas de tala traen consigo un aumento de la violencia de género, especialmente en comunidades indígenas.
Además, la exclusión de las mujeres en la toma de decisiones y la falta de financiamiento para estrategias con perspectiva de género limitan su capacidad de adaptación y resiliencia.
El problema no es solo la crisis, es la falta de respuesta
A pesar de que el problema está bien documentado, la respuesta internacional todavía es insuficiente:
• De los 38 indicadores del Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres, solo 2 incluyen una perspectiva de género.
• Casi 130 países no reportan datos sobre el impacto del cambio climático en mujeres.
• Menos del 15% de las tierras agrícolas del mundo están en manos de mujeres, lo que las deja en mayor vulnerabilidad ante crisis climáticas.
• Las políticas climáticas rara vez incluyen medidas específicas para frenar la violencia de género.
Es decir, el problema se reconoce, pero no se le está dando la prioridad que merece.
¿Se puede hacer algo? Claro que sí.
El informe de la ONU sugiere varias estrategias urgentes para cambiar esta realidad:
✔ Incluir la perspectiva de género en la acción climática y garantizar que las mujeres tengan voz en las decisiones políticas y económicas.
✔ Proteger a las mujeres en situaciones de desastre con refugios seguros y programas de prevención de violencia de género.
✔ Garantizar el acceso de las mujeres a la tierra y los recursos naturales, asegurando su derecho a la propiedad y a la producción sostenible.
✔ Combatir la trata y la explotación sexual en comunidades afectadas por crisis ambientales.
✔ Incluir la violencia de género como un eje clave en los acuerdos internacionales sobre cambio climático.
Si el planeta se está incendiando, no podemos dejar que las mujeres sean las primeras en quemarse.
El cambio climático no es solo una crisis ambiental, es una crisis humanitaria y de derechos humanos. Es momento de que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil tomen acción antes de que sea demasiado tarde.
Fuente: DESCARGAR INFORME