“Nunca imaginé estar en una mesa con delegados de todo el mundo, discutiendo que el trabajo del reciclaje merece el mismo respeto y las mismas garantías que cualquier otro. Pero acá estamos, y no vinimos a pedir permiso, vinimos a poner en palabras lo que millones hacen en silencio todos los días”.
Con esa frase, Gerardo Juara, resume la potencia simbólica de lo que está ocurriendo esta semana en Ginebra, en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde el lunes 5 y hasta el viernes 9 de mayo, por primera vez en sus 105 años de historia, la OIT discute directrices globales para el trabajo decente en el sector del reciclaje. La convocatoria reúne a 24 expertos de todo el mundo, incluyendo representantes sindicales, gobiernos y empleadores.
“Lo que está en juego acá no es sólo un documento. Es el reconocimiento de una tarea esencial para el planeta, sostenida por trabajadores y trabajadoras muchas veces invisibilizados. Y es también la posibilidad de ponerle nombre, derechos y futuro a ese trabajo”, señala.
Gerardo Juara junto a Daniel Bertossa, Secretario General de la ISP
Gerardo camina los pasillos de la OIT con la claridad de quien conoce el tema desde abajo. Como dirigente sindical de AGOEC, lleva años acompañando a quienes separan, recolectan y procesan residuos en circuitos formales e informales. “El reciclaje no es marginal. Es el comienzo de una nueva economía. Pero esa economía tiene que ser justa, o va a repetir las mismas injusticias de siempre”, afirma.
Durante las jornadas, se debate cada palabra de un borrador que podría marcar un antes y un después para millones de personas. Se habla de condiciones laborales, de salud, de protección social, de igualdad de género, de transición justa. Y también de poder sindical, porque —como dice Gerardo— “sin organización, no hay derechos que se cumplan”.
Desde su lugar, insiste en que la formalización no puede ser un lujo ni una promesa vacía. “No es un regalo. Es un derecho. Y es hora de que los Estados, las empresas y los organismos internacionales lo reconozcan con políticas concretas”.
En medio de los debates, se respira una tensión productiva: el deseo de construir consensos, pero también la necesidad de decir verdades incómodas. Gerardo lo vive como parte de una responsabilidad colectiva. “Estamos acá por quienes nunca fueron invitados. Por quienes reciclan en basurales, en cooperativas, en la calle. Esa es la fuerza que traemos desde el sur”.
El documento final todavía está en construcción. Pero algo ya cambió: el reciclaje entró por la puerta grande a la agenda global del trabajo. Y allí estará Gerardo, está AGOEC y el FSAC, con su voz firme y su convicción intacta, para recordar que los derechos no se reciclan: se conquistan.
Enlaces de interés: https://agoec.org.ar/prensa/sumemos-nuestra-voz-al-debate-sobre-reciclaje-y-trabajo-decente/
imagen: OIT